Notas editoriales

Buscador Industrial

Tecnología ¿Cómo mejorar el mecanizado en componentes HRSA?
¿Cómo mejorar el mecanizado en componentes HRSA?

Los fabricantes aeroespaciales combinan máquinas, herramientas, geometrías y materiales de herramientas para mecanizar las HRSA

La industria aeroespacial se ha fijado el objetivo de reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, según informa L.A.Times. Las normativas sobre emisiones más exigentes requieren temperaturas de servicio más elevadas para los nuevos tipos de motores y nuevos materiales como las superaleaciones termorresistentes (HRSA) para los componentes más calientes. Sin embargo, para los fabricantes es difícil el mecanizado eficiente de componentes de HRSA.

Para lograr realizarlo de manera eficiente, es necesario contar con una estrategia global equilibrada que abarque la máquina, las herramientas, las geometrías y los materiales de las herramientas, así lo señaló Sébastien Jaeger, responsable de Soluciones Industriales del área Aeroespacial de Sandvik Coromant.

Las HRSA son los principales materiales usados en los componentes del compresor y la turbina de los motores a
reacción.

De acuerdo con el experto, las principales calidades empleadas para estas aplicaciones son los tipos con base de níquel, como Inconel, Waspaloy y Udimet, no obstante, las propiedades de las HRSA varían en gran medida dependiendo de la composición y del proceso de producción. En particular, el tratamiento térmico es de gran relevancia: un componente templado por precipitación, es decir, «envejecido», puede presentar el doble de dureza que una pieza suavemente recocida o no tratada.

Las normativas cada vez más exigentes en materia de emisiones obligan a los nuevos tipos de motores a alcanzar temperaturas de servicio más elevadas, por lo que se necesitan materiales nuevos para los componentes más calientes. En respuesta a estos retos, la cantidad total de HRSA en motores de reacción es mayor en comparación con otros materiales.

Lea también: "Explorando una nueva área de oportunidad"

Sin embargo, las ventajas de las HRSA se ven contrarrestadas por los problemas de fabricación. Primero, la intensidad de las altas temperaturas provoca fuerzas de corte elevadas; segundo, la baja conductividad térmica y los excelentes resultados de templabilidad generan temperaturas de corte muy elevadas; Y, finalmente, las tendencias de templado de la pieza provocan desgaste en entalla.

El mecanizado de HRSA suele dividirse en tres etapas. Durante la primera (FSM, por sus siglas en inglés), una pieza en bruto forjada o fundida recibe su forma básica. La pieza suele encontrarse en estado blando (con una dureza Rockwell típica de en torno a 25 HRC), pero a menudo presenta una corteza rugosa e irregular, o cascarilla. La prioridad principal es una excelente productividad y una retirada de material eficiente.

Entre la primera etapa y la fase intermedia de mecanizado (ISM, por sus siglas en inglés), la pieza recibe un tratamiento térmico para alcanzar un estado envejecido de dureza muy superior (por lo general, en torno a 36-46 HRC). En este punto, el componente puede recibir su forma final, salvo por la tolerancia permitida, que se deja para la fase de acabado. Una vez más, los esfuerzos se centran en la productividad, aunque también es importante la seguridad del proceso.

Lea también: "Las tecnologías de sujeción en máquinas-herramienta presentan retos permanentes"

Durante la última etapa de mecanizado (LSM, por sus siglas en inglés), se crean la forma final y el acabado superficial. En este caso, el foco se pone en la calidad superficial y la precisión de las tolerancias dimensionales, así como en evitar las deformaciones y el exceso de esfuerzo residual. En componentes giratorios críticos, las propiedades de fatiga constituyen el criterio de mayor importancia y no existe margen para defectos superficiales que puedan iniciar la formación de grietas. La precisión y la fiabilidad de los componentes críticos se garantizan mediante la aplicación de un proceso de mecanizado certificado y de eficacia probada.

Siempre debe aplicarse refrigerante al mecanizar HRSA, salvo al fresar con
plaquitas de cerámica.

Las plaquitas de cerámica requieren un volumen abundante, mientras que, en el caso del metal duro, lo esencial es la precisión del chorro. Al usar plaquitas de metal duro, el refrigerante a alta presión ofrece más ventajas, como una vida útil prolongada de la herramienta y un control de virutas eficiente.

Los parámetros de mecanizado varían en función de las condiciones y del material. En la primera etapa del mecanizado, se busca principalmente una buena productividad mediante el uso de altas velocidades de avance y grandes profundidades de corte. En la fase intermedia de mecanizado, se suelen utilizar plaquitas de cerámica para alcanzar velocidades más elevadas. Las etapas finales se centran en la calidad, por lo que la profundidad de corte es más reducida. Dado que una velocidad de corte demasiado elevada puede deteriorar la calidad superficial, para el acabado se utilizan plaquitas de metal duro.

Un mecanizado eficiente de componentes de motores fabricados con HRSA requiere una solución integral bien equilibrada que, específicamente, debe tener en cuenta factores como el estado de la pieza, el material de la herramienta y las recomendaciones asociadas de datos de corte, así como el uso de refrigerante y de estrategias de mecanizado optimizadas. Teniendo en cuenta estos factores, los fabricantes pueden contribuir al objetivo de la industria aeroespacial de reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.

Compartir via:

Otros artículos de interés